
La iniciativa diferencia entre el tradicional símbolo que identifica la discapacidad a través de la imagen de una silla de ruedas con esta nueva iconografía, que amplía la representación a todo el colectivo de personas con una discapacidad y no lo reduce a una sola. De esta forma –sostiene el proyecto en sus fundamentos- se potencia el concepto de “accesibilidad” y se deja de lado una figura asociada a la “discapacidad”.
En ese sentido, destaca que la intención del nuevo logotipo es promover la autonomía, la igualdad de oportunidades y la no-discriminación de las personas con discapacidad al incorporar una nueva señalización inclusiva que garantice que se cumplan condiciones de accesibilidad.

Para ello, en su articulado dispone que la señalización será de uso obligatorio en todos los espacios públicos y se desarrollará un plan de acción para que el sector privado también utilice el símbolo y adecue los espacios para garantizar la inclusión de las personas con discapacidad.
De igual modo, plantea que desde los tres poderes del Estado se deberán implementar campañas de comunicación interna destinadas a sensibilizar y concientizar al personal de la planta en la materia.
En otro orden, advierte en sus fundamentos que a pesar de haber transcurrido siete años desde la implementación del símbolo, la sociedad todavía continúa asociando el concepto de discapacidad al antiguo logo.
