Los 38.000 nuevos casos reportados este domingo por las autoridades británicas suponen un nuevo récord diario y da muestras de la magnitud de esta nueva cepa que ha obligado a Boris Johnson a endurecer las restricciones en Londres y en el sudeste del país.

El asesor científico del gobierno británico, Patrick Vallance, había indicado el sábado que esta nueva variante de Sars-CoV-2, además de propagarse rápidamente, también se estaba convirtiendo en la forma “dominante”, habiendo provocado “un aumento muy acusado” de hospitalizaciones en diciembre.
Ella habría aparecido a mediados de septiembre en Londres o en Kent (sureste), según él. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) también se habrían reportado casos de contagios por esta cepa en Dinamarca, con nueve casos, los Países Bajos y Australia, con uno en cada país. En Sudáfrica también se habían producido contagios de esta nueva cepa.
La Agencia Europea de Control de Enfermedades (ECDC), que incluye una treintena de países entre los que se encuentran miembros de la UE y el Reino Unido, “no ha descartado” que la variante circule fuera del territorio británico.